¿Sabías que el 75% de las emociones son provocadas por el olfato?
Desde que nacemos, los aromas marcan nuestra vida más de lo que imaginamos.
Pueden despertar recuerdos, sentimientos, emociones…
Como ese aroma a chocolate caliente que te transporta a tu infancia, más específicamente a la cocina de tu abuela; o la brisa de mar que te lleva automáticamente a esas vacaciones inolvidables. Incluso el pasto mojado después de una tormenta, ¿no te genera paz, calma y ganas de respirar profundamente?
Todos ellos son estímulos que nacen a partir de la Memoria Olfativa de cada persona, que guarda aromas en el cerebro para ser recordados en cualquier momento y transportarnos de inmediato al lugar donde los sentimos la primera vez.
Aunque cueste creerlo, el olfato es el sentido más sensible que tenemos, ya que la conexión cerebral ocurre de manera inmediata, por eso el olfato puede cambiar nuestras emociones al instante. Todas esas sensaciones que afectan a las personas positiva o negativamente, hoy en día pueden ser una herramienta clave para mejorar nuestras vidas si sabemos utilizarlas.
Son muchas las investigaciones que destacan emociones que provocan los aromas debido a la estimulación del cerebro humano. Algunos de los beneficios más conocidos se asocian a la relajación, felicidad, alegría y autoconfianza.
Este fenómeno es conocido como “Aromacología”, cuya base científica es neurobiológica.
Cuando recibimos un aroma, este estímulo se dirige al sistema límbico del cerebro, lugardonde habita el olfato además de la memoria y los instintos básicos. Esta zona de nuestro cerebro influye en nuestros comportamientos, aunque siempre de manera subconsciente.
Por eso, esta ciencia asocia los olores que percibimos con nuestro estado psicológico para provocar una serie de emociones concretas.
Este proceso funciona por la propia neuroquímica del cerebro desencadenada por los aromas percibidos, y también influencia los aspectos cognitivos como la percepción, identificación o asociaciones culturales.
Elegir los aromas que nos conectan con las emociones más profundas es la clave del
añorado bienestar.